Flor Mística y su hijo girasol Marco Antonio.

El hijo de Samira Andois es Marco Antonio Salone, nacido en septiembre de 2012 producto de su amor con su cónyuge brasilero Dante Salone y es el único hijo que une a la pareja. 

"Cuando me confirmaron el embarazo en diciembre de 2011 me morí de alegría y quise empezar el 2012 a puros gozos y fue el mejor cierre y comienzo de año en mi vida, tras saber la espera de mi hijo. En ese periodo salía poco a la calle para cuidarme ya que soy adicta a salir a todos lados y me tuve que contener por el bien del nene que llevaba dentro. Con Dante compramos las cosas para el girasolcito y decoramos su living con juguetes únicos y exóticos, ya que nosotros nos llevamos y vamos más allá de nuestros gustos personales. Marco nació el 7 de septiembre de 2012 y fue lo mejor que me aconteció desde entonces. Al crecer mi hijo, empezaba a toquetear las cosas y yo empecé a perseguirme por mi cuerpo, aunque mi pareja me decía que cada vez me veía mejor, aunque yo no le creía. La maternidad me cambió radicalmente adentro y afuera. Me hizo una nueva mujer y una vida como madre a tiempo completo de mi hijo. Todo lo que hago, hasta los viajes que hago para grabar en el juego son para bien mío y de Marco. La Samira fiestera y movidiza que estaba hasta 2011 no quedó atrás, quedó a un lado. Solo que la maternidad te cambia y te transfigura ciertos puntos y hobbies que hacías antes. Me siento más mujer y más sexy conmigo. Puedo juguetonear con mi pareja y cada vez gusto más de él. Hablando de mi hijo, Marco Antonio toca lo que ve y lo investiga. Es un genio y quiere ser inspector cuando crezca. Mi hijo la tiene clara y le encanta tocar y mover cosas. El nene salió igual a mi hermana cuando era chica, era toquetona y curiosa. Marco tiene un mundo en su cuarto, hasta la tele la tiene en su dormitorio, pero siempre le tengo que avisar que no se quede tarde mirando los dibujitos porque puede desvelarse. Marco con su papi hace de comer mientras conmigo le encanta salir a hacer las compras, la merienda y acicalar el patio. Otro mundo que tiene mi hijo para explorar es el patio, que es grande, florido y una flora variada en colores y formas. Marco es igual que yo cuando era niña: juntaba caracoles y los mataba, no le puedo decir nada contra eso porque se pone a llorar, pero cuando tenga unos años más lo entenderá. A veces Marco es bichero, cosa que nunca lo hice. Adentro de casa, mi hijo sabe dormir en los días de lluvia en mi cama con su papá por miedo a los relámpagos. Ojo que yo soy miedosa a las tormentas, mi nene también. Se acurruca entre mis piernas y entre las manos de su papi. Hasta el pibe es chusmo extra: me mira cuando ando en bombachas en la casa con mis amigas, que también andan en bolas en el living. Mi hijo es entendible y es honesto, siempre me obedece en todas. No hay problema en que mencionarlo a mi hijo en esto porque es excelente. Siempre piensa en cuando sea grande y se la pasa horas jugando y creando cosas nuevas, como todo chico. Cuando meto a Marco a bañarse, se mete a la bañera antes que yo la llene. Le encanta inflar todos sus juguetes de la pile y ahí juega horas en el baño, cuesta meterlo al agua pero también cuesta sacarlo. Marquito tiene amiguitos en su cole pero poco les permito meterse a casa por miedo a que desorden las cosas, ya que me olvido de dónde las dejo. Pero cabe decir que Marco es un hijo especial y todos los días es un regalo verlo crecer y ser feliz. Entre Dante y yo nos proponemos en que sea feliz y el mejor amigo de sus papás. En todos los años, cuando se avecina su cumple se siente motivado y hace una lista de las cosas que quiere decorar en la casa y a quiénes va a invitar".